martes

Aterrizaje

EL aterrizaje era cuasi forzoso, pero ya estaba previsto para algún momento, por lo que no se admitían quejas.
Los pasajeros sabían, los dos comandantes también. Fue entonces cuando repentina pero meditadamente, uno de ellos se levantó de su lugar, y el más temeroso de ambos tomó la decisión de bajar, acorralado por densas nubes de niebla que no lo dejaban ver más allá.
No le fue fácil, no quería cargar con una mancha en su curriculum por un apercibimiento no buscado; tampoco quería llorar por ver destruido absolutamente todo, después.
Ya no se trataba solo de una cuestión climática, sino también de algo personal que lo desafiaba a resolver la situación antes que la circunstancia se lo devorara. Él sabía que llevaba mucha gente importante entre sus pasajeros, y que estaban todos lo suficientemente estresados como para soportar semejante mal trago, pero ellos también lo tenían advertido y sin embargo habían aceptado el riesgo, quizás sin pensarlo demasiado sumergidos en sus ansias de vacaciones o la necesidad de aire fresco...

1 Comments:

Blogger microman said...

saludos fernana tu blog es como una espesie de diario

5:55 p. m.  

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