jueves

Imprevisiones

Una vez más terminaba haciendo algo que no tenía pensado.
Ni siquiera entendía por qué estaba corriendo un colectivo 59. Lo cierto es que estaba acompañada por Anne y Lee (para no decirle chino además de referenciar su nombre), mis nuevos co-equipers que mientras yo trataba de conseguir asiento en el bendito bondi , sumaban gente al encuentro gracias a la tecnología.

Bajamos dispuestos a ir hacia un lado, pero nuestro espíritu “veleta” pudo más y después de caminar varias cuadras y adjuntar a G.G . terminamos en el shopping de la zona.
Escalonadamente pedimos algo para comer mientras esperábamos a la más joven del grupo.
Entre tanto mi línea de comunicación-fibra óptica-señal-afecto-calor suena!! Al instante siguiente, volé de mi silla en búsqueda de una intimidad solo posible en mi propia burbuja.
Ya totalmente instalada en las nubes, y cuando la frialdad del lugar se había hecho a un lado, la comodidad empezó a dar sus frutos comenzó lo mejor: comentarios, sí!!! los trapitos al sol que tanto nos divierten!!!
Entre chismes íntimos y papas fritas, afloraron los consejitos románticos. Champagne versus vino, cuál era esa diferencia?? Más de una respuesta sorprendió pero la duda aún perdura. La consigna sigue abierta y la discusión de los resultados, postergada- hasta tanto todos no hayamos vivido el desafío.

Interrupciones celulares mediante, nos pusimos serios...
Terminamos en las profundidades del cuore, analizando, proponiendo y tratando de rellenar esos pequeños raspones- consecuencia de las caídas habituales. Pero, para eso estamos, no? Para ayudarnos sin exigir y sentirnos bien sin culpas ni otros menesteres. Nada más ni nada menos que para eso.